En la etapa adulta, muchas de las personas que adquieren ceguera pueden encontrar que su entorno se ha tornado hostil: Ya no saben que es lo que hay cerca, temen movilizarse solos, sus desplazamientos se vuelven experiencias de tensión y miedo. En cambio, el ciego de nacimiento que ha sido estimulado, tiene una relación positiva con el espacio y el movimiento, presentando por ende, una mayor adaptación.
Una persona con baja visión es “quién aún después de un tratamiento y/o refracción convencional tiene en su mejor ojo una agudeza visual de 3/10 hasta la visión luz y/o un campo visual menor o igual a 20 grados, pero que usa o es potencialmente capaz de usar su visión para la planificación o ejecución de una tarea” (Organización Mundial de la Salud). Para comprender este concepto es necesario saber que la agudeza normal es de 10/10 mientras que los límites del campo visual son 90º en la parte externa o temporal, 60º en la interna o nasa, 50º en la parte superior y 70º en la inferior.
De la definición otorgada anteriormente se puede señalar al respecto, que existen variados tipos de baja visión. Todo ello va a depender del grado de agudeza y eficiencia visual que tenga en funcionamiento la persona. Tal como lo dice Natalie Barraga (pionera indiscutible en el área de la estimulación visual) diferencia claramente agudeza de eficiencia, definiendo a esta última como el “grado en el que una tarea visual específica se realiza con comodidad, facilidad y en tiempo mínimo, dependiendo de variables personales y ambientales”.
En cuanto al campo visual, la persona puede tener una merma a nivel central, lo que le provocará dificultades para leer pero no para caminar o puede tener limitaciones a nivel periférico, en cuyo caso podrá leer pero estará muy limitado en su deambular. Puede también ver como a través, de un tubo, o por sectores. Estas personas tienen un comportamiento visual que a los demás resulta extraño, ya que podrán tropezar con un banco que tienen delante y distinguir perfectamente un lunar en el rostro de alguien. Hay quienes ven diferente según las condiciones de luminosidad prefiriendo el día (como en el caso de la ceguera nocturna) o la noche (como en el caso de las personas que sufren fotofobia).
Archivos de utilidad sobre el tema:
*Imagén sacada de atenciontemprana06.blogspot.com
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